Los accidentes ocurridos en los años 1999 y 2001 en túneles de Mont Blanc (longitud 11,6 km), Tauern (longitud 6,4 km) y San Gotardo (longitud 16,9 km) dieron lugar a una creciente concienciación sobre posibles impactos de los incidentes en túneles. Si bien la escala de probabilidad de incidentes de gran importancia es baja, sus consecuencias pueden ser graves en términos de víctimas, daños a la estructura e impacto sobre la economía del transporte y la sociedad en general.

Desde distintas Organizaciones se habían trabajado recomendaciones para mejorar la seguridad en los túneles, pero la forma más efectiva para hacerlas vinculantes era a través de una Directiva.

Así, el 29 de abril del año 2004, se aprueba la Directiva 2004/54/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre “Requisitos mínimos de seguridad para túneles de la red transeuropea de carreteras”.

A través de esta Directiva, que es reciente si la comparamos con otro tipo de instrucciones con impacto sobre la infraestructura, comenzaron a hacerse habituales conceptos como:

  • Autoridad Administrativa
  • Gestor del túnel
  • Responsable de Seguridad

El objetivo de esta Directiva fue establecer una gestión del túnel acorde a la demanda social de seguridad en estas infraestructuras.

Así mismo y, aunque como todos los nuevos procesos, requiere de tiempo, nuevas tecnologías y tiene impacto económico, destacamos como aspectos fundamentales:

  • Garantizar una organización y procedimientos para la intervención de los servicios de emergencia
  • Garantizar la auto evacuación en caso de incidencia
  • Ejecución de simulacros periódicos y análisis de incidencias reales que se integren como un elemento más en los procesos de formación y entrenamiento de los servicios de emergencias
  • Garantizar la coordinación entre todos los estamentos involucrados: servicios de explotación y servicios de emergencias

No hay que olvidar que, para que los puntos anteriores sean efectivos, el comportamiento tanto en la conducción como en caso de incidencia de los usuarios del túnel (conductores y viajeros) debe ser acorde a los requerimientos de este tipo de infraestructuras.

Actualmente, las nuevas tecnologías, el equipamiento y la gestión de la explotación, junto con una conducta responsable de los usuarios, son piezas claves para garantizar la máxima seguridad.

En España, Abertis es el primer operador de autopistas de peaje por quilómetros gestionados; un total de 1.526 km de autopistas gestionados de forma coordinada y con visión global, de los cuales aproximadamente 26 km corresponden a túneles.

La gran diversidad y dispersión geográfica de los 33 túneles que conforman la red de autopistas, hace necesaria una integración operativa y una organización lo más transversal posible, apoyada en la gestión que se lleva a cabo desde los Centros de Operaciones y Seguridad Vial, ubicados estratégicamente para mejorar la eficiencia y la capacidad de respuesta.

Conoce más sobre el trabajo de prevención de Autopistas, en este post  Balance de Seguridad Vial 2017, con estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT) y del Centro de Seguridad Vial de Autopistas.