El Consejo sobre seguridad vial de la Unión Europea acordó en junio de 2017 incorporar a la estrategia de la UE sobre seguridad vial la reducción a la mitad del número de heridos graves en las carreras de la UE de 2020 a 2030, un objetivo compartido por Autopistas como muestra de su compromiso con el descenso de la siniestralidad en las carreteras.

La posición del Consejo de seguridad vial de la UE es un refrendo a la Declaración de La Valeta sobre la mejora de la seguridad vial, invitando a los Estados miembros a que prosigan sus esfuerzos y su cooperación para reducir el número de víctimas, pero también es una constatación de que en los últimos años la tasa de reducción de víctimas se ha estancado.

En 2015 fallecieron en las carreteras de la Unión Europea 26.100 personas. El sufrimiento humano y los costes económicos, calculados en 100.000 millones de euros incluyendo fallecidos y heridos graves, son inaceptables. La Declaración de La Valeta apunta que “la seguridad vial es una responsabilidad compartida que requiere la actuación concreta y conjunta de las instituciones de la Unión Europea, los Estados miembros, las autoridades regionales y locales, la industria y la sociedad civil”.

 

La concienciación del conductor como factor clave

El exceso de velocidad, la conducción bajo los efectos del alcohol y las distracciones son las principales causas de los accidentes de tráfico en las carreteras de la Unión Europea. Según la Comisión Europea, la falta de utilización de equipos de protección incrementa a menudo la gravedad de las lesiones, y se debe prestar especial atención a la mejora del comportamiento de los conductores.

La mejora de la concienciación sobre el cumplimiento de las normas de circulación en los estados miembros, la educación y la sensibilización son los principales instrumentos en los que se basará la lucha para la reducción de accidentes hasta 2030, así como la mejora de las infraestructuras y la seguridad de los vehículos.

Los Estados miembros se comprometen a reforzar la cooperación entre instituciones, sociedad civil, centros de investigación y sector privado en los planes y estrategias de seguridad vial, como el despliegue del sistema de llamada de emergencia (e-Call system).

También se comprometen a garantizar unos niveles adecuados de financiación para futuras políticas de seguridad vial e insta a la Comisión a trabajar con todas las partes interesadas para establecer proyectos, estrategias y campañas de seguridad vial, así como a explorar el potencial de las tecnologías de conducción conectada y automatizada, y de la utilización de los datos de los que ya se dispone en los vehículos y las infraestructuras, a fin de aumentar la seguridad vial.

 

El papel de las empresas privadas en la seguridad vial

La Declaración de La Valeta otorga un papel primordial a la empresa privada en la reducción de los accidentes de tráfico, con medidas encaminadas al desarrollo de sistemas de movilidad inteligente compatibles e interoperativos a escala comunitaria.

Los Estados miembros son conscientes del papel de las empresas en el impulso de las nuevas tecnologías, muy en particular los sistemas de asistencia a la conducción y la conducción automatizada que reducirán dramáticamente los efectos de los errores humanos y los accidentes en carretera.

De igual forma, el sector privado impulsará la movilidad cooperativa, conectada y automatizada, un campo en el que los gestores de infraestructuras juegan un rol primordial. Es el caso de la participación de Autopistas en el proyecto europeo de I+D Inframix (Road Infrastructure ready for mixed vehicle traffic flows), que se encarga de preparar la infraestructura vial del futuro para dar apoyo a la coexistencia de vehículos convencionales y coche autónomos. Se trata de una iniciativa multidisciplinar en la que participan 11 empresas e instituciones europeas líderes en el sector automovilístico y en gestión de infraestructuras viales.